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sábado, 9 de julio de 2016

EXTASIS DE CEVICHE MY WAY

Hoy os voy a proponer una receta para triunfar en una comida o en una cena, es muy simple, pero el resultado es espectacular.

Mis hijas Pauli e Inés o Inés y Pauli, para que no haya celos, me lo piden muchas veces. La verdad es que cuando lo pruebas, la amalgama de sabores diferentes que se fusionan en tu boca, te hace flotar y te produce un momento de éxtasis, del que no quieres salir.

La receta está inspirada en una receta del cocinero italiano llamado Nicola. Un día viendo Canal Cocina, Nicola preparaba un ceviche de lubina y mango y me quedé prendado con esa mixtura.

Creo que todas las recetas tienes que estar inspiradas en una base y luego tú ya le das el toque personal. Yo en este caso, he cogido los dos ingredientes principales y le he dado una vuelta a todo. En esta receta he cambiado el cilantro por cebollino. A mi gusto el cilantro roba mucho el sabor, y en esta receta, necesitas conjugar el sabor dulce del mango, el ácido de la lima y el picante del chili.  


INGREDIENTES

3 LUBINAS
1 MANGO
2-3 BREVAS O HIGOS
1 CEBOLLA MORADA PEQUEÑA
CEBOLLINO
PASTA DE CHILE ROJO
200 GRAMOS DE TOMATES CHERRY
2 LIMAS
ACEITE DE OLIVA VIRGEN
SAL

ELABORACIÓN

Limpiamos las lubinas, para quedarnos con los lomos sin espinas y sin piel. Este es un proceso que nos podemos ahorrar si se lo pedimos a nuestro pescadero.

Cortamos los lomos en porciones de dos por dos centímetros. Las proporciones las introducimos en un bol, les echamos un poco de sal, rallamos la monda de las dos limas, las partimos a la mitad, exprimimos las limas y revolvemos la mezcla.

Esperamos cinco minutos y cuanto veamos que la lubina adquiere un color blanco, como el de los boquerones en vinagre, ya está cocinada la lubina o robaliza como se diría en mi tierra. Si vemos que algunos trozos de la lubina no han adquirido el color adecuado, revolvemos la mezcla procurando que los trozos de lubina que todavía no estén cocinados, queden en el fondo del bol y sumergidos en el zumo de la lima. Si en algún caso las limas son muy pequeñas y nos han producido suficiente zumo, podemos añadir el zumo de un limón y arreglado.

Pasamos la mezcla a un colador para desechar el líquido. Una vez escurrido los trozos de lubina con la ralladura de la lima, los colocamos en una fuente honda y el plato ya casi está, solo nos queda partir el resto de ingredientes.

Pelamos la cebolla morada, la partimos a la mitad y la cortamos en aros con una mandolina. Si no tenemos mandolina, este proceso será mucho más tedioso y el resultado final, no tan agradable a la vista.

Cortamos el mango en porciones de dos por dos como la lubina. No os olvidéis de pelar el mango. Dividimos los cherrys por la mitad, cortamos el cebollino en trozos lo más pequeños posibles, añadimos la pasta de chile -con el chile es complicado deciros una cantidad, ya que depende de la tolerancia o el gusto por el picante que tenga cada uno-, le añadimos un chorro generoso de aceite de oliva virgen, revolvemos bien y probamos. Ahora es el momento de rectificar de picante, si nos gusta más bravo le podemos añadir un poco más hasta darle nuestro punto.

Acabamos cortando las brevas o higos en rodajas y decorando el ceviche a nuestro gusto.


Espero que os animéis a hacerla, ya veis que está tirada de hacerla. La única pega es que algunos ingredientes no se suelen tener siempre en casa.

sábado, 25 de junio de 2016

HUEVAS ALIÑAS MALI

Hoy quería dedicar esta entrada a mi gran amiga Mali, que aunque nos ha dejado, siempre la tendremos en nuestro recuerdo, son tantas vivencias, tantos años, que es muy difícil destacar alguno.
El primero que me viene a la cabeza, es verla en la cocina de mi casa con Irene, haciendo en chocolate del día de reyes, las dos con alguna que otra cerveza en su cuerpo , risas, chocolate por todos lados , en el suelo, en la campana extractora, en las cortinas, ni que decir como dejaban la cocina, era casi necesario contratar una limpieza de obra, y llegaba el momento culmen, llamaban a Ali, para que fuera a probar el chocolate y diera el visto bueno, ya que después de alguna cerveza, ya no se fiaban mucho de su gusto, Ali daba el beneplácito y se llevaba a la mesa el chocolate más rico del mundo, para que se comiera con los roscones de reyes.
Mira que les he pedido veces la receta de ese chocolate, pero siempre me decían las dos que no se acordaban mucho de las proporciones, que dependía del número de cervezas.
Otro recuerdo que siempre me unirá a ella, es que era mi gran pareja de padel, muchos viernes y sábados nos íbamos a jugar el partido de dobles mixtos contra Irene y Juanito, y siempre les ganábamos, por supuesto.
¡Qué decir!,  de las fiestas de Halloween de mi amiga Susana, qué espectáculo de decoración y cuánto  tiempo dedicado a hacernos vivir una noche inolvidable, pasábamos más de un mes dándole vueltas al disfraz que íbamos a llevar, quedando para ir a comprar complementos, Isita todo el día cosiendo, para el disfraz de Juanito.
Había disfraces inolvidables, el de Juanito de egipcio o el de Jackie Sparrow, cuando Juan  fue a Ferrol  todo el mundo lo conocía por Jackie, los de Susana y Armando de Shrek, de flipar, el de Mali de brujita calabaza, y el de pirata, el de Hellraiser, los de Irene y mío de la naranja mecánica, o el de cuervo, la de Eduardo Manostijeras, un sinfín de ellos.
Pero de la fiesta que más recuerdo fue una que nos echaron Susana y Armando a las cuatro de la mañana, a los cierra fiestas, a saber, a Ire, Mali, Juanito y a mí, y yo digo: “No hay huevos de ir al Brown Square”,es una  discoteca del barrio de Hortaleza. Y ahí que vamos.
Juan diciendo, “no nos van a dejar entrar con estas pintas” llegamos al Brown y todo el mundo queriendo sacarnos fotos y hacerse fotos con nosotros, éramos la atracción del garito, parecíamos famosos, como decía Sabina, Mali de brujita calabaza, Irene, de ama dominante, encuerada y con látigo, Juanito de egipcio y yo de The Crow, el cuervo, os dejo una foto de esa noche inolvidable. Por cierto, también nos tuvieron que echar del Brown.


Bueno, pero como esto es un blog de cocina os dejo la receta de hoy.


HUEVAS ALIÑAS MALI

INGREDIENTES

3 huevas de merluza medianas
1 cebolleta o dos depende del tamaño
1 paquete de aceitunas sin hueso o alcaparras
½ pimiento rojo
1 chile verde (opcional)
Aceite de arbequina
Vinagre de vino
Sal

ELABORACIÓN

Cogemos las tres huevas, y las envolvemos en papel film, de manera individual, a modo de caramelo o chuche de niño, dándoles las vueltas necesarias, para que no quede nada de aire en el interior, y quede lo suficientemente prensada para que tenga forma de salchicha, debemos atar firmemente cada uno de los extremos para que no deje entrar nada de agua en su interior.
Ponemos agua abundante en una cazuela y la llevamos a ebullición, introducimos cuidadosamente cada una de las tres huevas en la olla y dejamos que cuezan unos veinte minutos.
Los tiempos siempre son complicados de calcular, en este caso, es mejor que se pasen un poco de cocción y no que se queden un poco crudas, pero yo creo que con 20 minutos es suficiente.
Las dejamos enfriar diez, quince minutos y les retiramos el papel film, dejándolas a temperatura ambiente unas dos horas para que se vayan compactando a medida que se vayan enfriando.
Preparamos la vinagreta, cortamos en porciones pequeñas, las aceitunas, mi amigo Javi o mi amigo Juan Ramón pueden cambiar las aceitunas por alcaparras, el medio pimiento rojo, la cebolleta, y un chile verde si os gusta un toque picante fresco.
En un bol emulsionamos el aceite y el vinagre y acabamos la mezcla echando un poquito de sal y el picadillo cortado anteriormente.
Cuando las huevas estén compactas, retiramos la telilla que las envuelve con sumo cuidado, es el proceso más complicado ya que se pueden romper, las cortamos en rodajas de dos centímetros, no se pueden cortar demasiado finas, si es la primera vez que las hacéis yo empezaría cortándolas un poco más gruesas e iría reduciendo el grosor de corte a medida que voy cortando.
Coloco las rodajas en una fuente y vierto la vinagreta encima de ellas, meto la fuente en la nevera y dejo enfriar un mínimo de dos horas.
Si veis que la vinagreta no cubre suficientemente las huevas coger una cuchara y verter un poco del líquido sobre la parte que no esté cubierta.

¡Espero que os guste!
¡Va por ti Mali!





martes, 10 de mayo de 2016

RECETA FESTIVA. SALADITOS DE CHISTORRA


Hoy toca otro aperitivo y otra vez con hojaldre. Muchos os preguntaréis qué relación morbosa tiene este gallego con el hojaldre, pero no, no es ninguna clase de fetichismo. Lo que ocurre es que es un producto con las tres Refes.


  • Receta Fácil, como todas las de este blog.
  • Resultado Fabuloso, sinceramente creo que si observamos el resultado final de  este plato después de menos de media hora de tiempo y de trabajo apenas 10 minutos. Lo repetiréis hasta la saciedad.
  • Recuerdo Festivo, siempre que trabajo con masa, me recuerda días festivos, donde mi abuela Poly, hacía todo tipo de empanadas, langostinos, pulpo, xoubas, congrio, etc. Y mi padre estaba esperando toda la semana para deleitarse con ese exquisito manjar. Por eso digo que me deja un Recuerdo Festivo.


Pero por mucho que alabe los buenos haceres de mi abuela, este plato lo descubrí en casa de mi amiga Asun. Y enseguida lo añadí a mi repertorio con el hojaldre, por lo que,  Asun te doy las gracias por haber enriquecido mi recetario.

¡Bueno! Ya está bien de palabrería infructuosa y vamos al tema de hoy.

INGREDIENTES

  • 1 Placa de masa de hojaldre
  • 1 huevo
  • 1 chistorra
  • Sésamo

Sacamos de la nevera la placa de hojaldre. Siempre es mejor si la masa es rectangular, ya que así es más fácil la división del hojaldre. Extendemos la masa de hojaldre sobre una tabla de madera o sobre la encimera, conservando el papel que trae la masa y ubicándolo entre la superficie de trabajo y la placa de hojaldre. Sé que esto es una tontería, pero así evitamos que sufra la encimera o se deteriore la tabla.

Cortamos longitudinalmente una tira de 4 centímetros de ancho y esta a su vez en porciones de 6 centímetros. Ahora cortaríamos la chistorra en trozos de unos dos centímetros pero no os preocupéis mucho si todos no salen de igual tamaño, siempre queda mejor y más natural cuando algún trozo sobresale y otro se queda en el interior del saladito. Además, pensad que la masa es maleable y la podemos siempre estirar un poco.

Ahora debemos colocar el trozo de la chistorra sobre el rectángulo de hojaldre, dejando un espacio de medio centímetro entre el extremo del hojaldre y la chistorra y comenzamos a envolver desde ese extremo, hasta que la chistorra esté totalmente dentro del hojaldre. No debéis enrollar todo el hojaldre, veréis que os ha sobrado un par de centímetros del rectángulo por enrollar, y que la chistorra la tenemos totalmente cubierta, ahí está el truco para que os quedé un tanto diferente al que se compra en las tiendas. Imaginaros una bandera a medio enrollar, ese sería el resultado.

En cuanto a la colación de la chistorra en el interior del hojaldre, siempre debe favorecer el movimiento para enrollar la masa. Por ello, deberemos colocar la chistorra de tal forma que los dos extremos que hemos cortado y que no tienen tripa, se encuentren mirando a la parte más estrecha del rectángulo.

Repetimos el proceso hasta que acabemos la masa de hojaldre, ponemos a precalentar el horno a 180°C. Cogemos la bandeja del horno y colocamos dentro de ella un papel de horno. Es muy importante esto ya que en caso de que omitamos esta acción, los saladitos se pegarían a la bandeja del horno, siendo muy dificultoso despegarlos, sin romper la consistencia del hojaldre.

Posteriormente colocamos los saladitos en la bandeja del horno, dejando un espacio prudencial entre cada uno de ellos, ya que el hojaldre va a crecer y debes dejar que medren. Batimos el huevo en un cuenco y los pintamos cuidadosamente para no moverlos en exceso y que alguno se acabe pegando al otro.

En cuanto a pintar los saladitos, yo prefiero pintarlos sólo con la clara, queda un toque más natural y mi hija Pau me agradece mucho que tengan ese color pero a mi hija Inés, le gustan más tostados. Por lo que siempre me encuentro en la encrucijada y al final tiro por el camino de en medio.

Recordad que la intensidad del tostado depende, tanto del horno (tiempo de cocción y temperatura) como de la pintura de huevo. La clara te da un resultado más pálido y la yema, más oscuro. Si queréis una posición intermedia batís el huevo y pintáis.

Finalmente, el toque de distinción: EL SÉSAMO. Espolvoreáis un poco sobre los saladitos. Introducís la bandeja en el horno en una ubicación intermedia con calor por arriba y por abajo a 180°C y quince minutos después, ya tenéis esta obra de arte de la gastronomía.

Vigilad el horno, no todos cocinan igual. El color del hojaldre os dirá cuando están. Dejad que reposen entre 10 y 15 minutillos. No seáis ansiosos. A medida que se van templando va aumentando la intensidad del sabor del saladito.

Un consejo, no escatiméis pasta en un buen sésamo, no sabéis lo que cambia el sabor del saladito.

Ánimo y a cocinar, ya me contaréis.




lunes, 11 de abril de 2016

LA EMPANADA Y SU SECRETO

Esta va a ser mi tercera entrada camino de Sevilla en el AVE, aunque a estas horas de la mañana nadie está demasiado lúcido para escribir, yo voy a intentar plasmar cuatro ideas por escrito.

He tenido muchas dudas de que plato elegir, pero como dice mi colega Javier, Sushiman, "hay un plato fácil que te sale muy rico" y como este es un blog de recetas fáciles, la alfombra roja y todos los flashes de hoy, se los va a llevar la empanada.

Os propongo comprar la masa de empanada ya hecha, que la verdad sale muy buena y te ahorras trabajo o gorroneo a un colega para que te la haga. A mi amigo Julito, por ejemplo.

Hay dos tipos de masa que puedes comprar: la típica de empanada o la de hojaldre. A mi mujer Irene, le encanta la masa de hojaldre, por lo que ya pocas veces hago una empanada con la masa tradicional, aunque le pese a mi cuñado Chicho, que es la masa de empanada la que  más le gusta.

Bueno que me enrollo mucho, os voy a dar mi secreto de la empanada: LA CEBOLLA POCHADA a fuego lento durante una hora hasta que se deshaga y quede casi como cabello de ángel.

INGREDIENTES
2 Placas de empanada o de hojaldre
3 cebollas dulces medianas-grandes
4 pimientos del piquillo
1 lata de atún de 700 gramos, peso escurrido medio kilo en aceite de girasol.
1 huevo
Aceite de oliva
Sal
Pimentón de la vera
Medio vaso de vino blanco de mi tierra como godello, albariño o ribeiro.

ELABORACIÓN
Pelamos y cortamos la cebolla en trozos de 2 * 2 centímetros pero no dediquéis tiempo en medirlo, si salen más grandes o pequeños, da igual, ya que se va a pochar y prácticamente deshacer, tomároslo sólo como una referencia.

Continuemos con la receta, pochamos la cebolla con un poco de aceite de oliva y un poco de sal. Para que la cebolla sude, recordad siempre que se debe hacer a fuego suave, al mínimo, tapando la sartén para que se haga vapor dentro y facilite la cocción. Después de 45 minutos a fuego lento, cortamos los cuatro pimientos del piquillo en tiras y los añadimos a la sartén volviendo a tapar. Es importante levantar de vez en cuando, no se nos vaya a agarrar la cebolla.

Cuando haya pasado una hora,  añadimos el vino blanco y subimos el fuego para que se evapore el alcohol cuanto antes, retiramos la sartén del fuego y dejamos que se enfríe la mezcla.

Escurrimos el aceite de girasol de la lata de atún y mezclamos, procurando obtener una mezcla homogénea. Yo prefiero el atún en este tipo de aceite, porque es más neutro, por lo que roba menor sabor al atún y además se escurre mejor, quedando la mezcla más ligera.

Prosigamos, cogemos la bandeja del horno y colocamos un papel sulfurizado, de horno, sobre la bandeja, para evitar que se pegue la empanada a la bandeja.

Sacamos la masa del frigorífico, poniendo la primera placa de masa sobre el papel de horno.

Vertemos la mezcla, dejando libre unos dos centímetros alrededor de todo el perímetro de la masa. Colocamos la otra placa encima y procedemos a cerrar la empanada. Se trata de ir uniendo las dos masas de la empanada, la de abajo y la de arriba, de forma que al mismo tiempo que apretamos los bordes de la masa, vamos estirando ligeramente hacia nosotros, haciendo que la parte inferior vaya hacia arriba, dando un giro hacia el interior, retorciendo y guardando el borde hacia dentro. Si no lo veis os podéis mirar un vídeo por internet y seguro que lo cogéis enseguida

Hacemos un agujero en el centro de la masa, es muy importante liberar el vapor que se genera en el interior de la empanada. Si no lo hiciéramos, podría llegar a explotar. Pensad en una olla exprés: el agujero es como la válvula que libera el vapor. Si estuviera obstruida, podría explotar.

Batimos un huevo y pintamos con una brocha de silicona toda la masa, ya que la brocha tradicional puede soltar algún pelo.

Metemos la empanada en el horno precalentado, a una temperatura  de 180 grados durante 20 minutos, con calor por arriba y por abajo, y cuando esté doradita... ¡Ya está lista! Aunque es conveniente vigilar la cocción de la empanada, ya que no todos los hornos calientan igual. 

Y este es el resultado.

Tengo que mejorar la calidad fotográfica




lunes, 21 de marzo de 2016

SALPICÓN DE BOGAVANTE.

CÓMO TRIUNFAR CON TUS AMIGOS

 

Quizás sea porque soy gallego, pero si hay algo que me vuelve loco es el marisco, los percebes son mi debilidad, pero no hago ascos a nada, las centollas, los camarones, las langostas, cigalas, bogavantes, nécoras, vieiras ¡Dios mío! Doy gracias por haberlo probado y me siento un privilegiado, cada vez que me bajo a mi tierra a degustar esos manjares.
Pero bueno, no me quiero enrollar, hoy os voy a dar la receta de un salpicón de bogavante, plato que elaboré en las pruebas selectivas de Masterchef, en esta ocasión la cita fue en el puerto de Barcelona. Allí nos encontrábamos, quinientas personas emplatando sus sueños de querer tener un hueco en el sector de la restauración, con sus ilusiones depositadas en un simple plato. ¡ Qué platos había ! Más que platos eran pequeñas concepciones escultóricas sobre una porción de loza. Aunque después de ocho horas de pie en ese bello paraje, cuatrocientos cincuenta nos fuimos a casa un tanto frustrados por no seguir en la competición y viendo que nuestros sueños, una vez más no se podían cumplir.
Después de esta pequeña introspección. ¡ Ahí va mi receta!


INGREDIENTES ( 4 personas)
Para la receta

v  2 bogavantes de ½ Kg
v 4 huevos
Un puñado de alcaparras
4 pimientos del piquillo
Aceite de oliva virgen
2 cebollas dulces
Vinagre
1 Limón
2 litros de agua
100 gramos de sal gorda

Cocemos dos bogavantes en una olla con 2 litros de agua y 100 gramos de sal gorda durante unos quince minutos a partir de que el agua empiece a hervir, hay que matizar que si el bogavante estuviera congelado se echa en agua caliente, mientras que si está vivo el agua debe estar fría. Si no, sufre mucho más el bogavante y puede perder las patas y entrar agua en el cuerpo.
Opcional: unas hojas de laurel en el agua.
Una vez estén hervidos, se rompe la cocción con agua fría, me explico, se escurre el agua caliente y se llena la olla de agua fría, se le puede añadir un poco de hielo, se introducen los bogavantes durante unos segundos, que veas que pierde el calor y que ya puedes cogerlo con la mano, es un instante, 2-3 segundos. Se deja enfriar una hora y ya está listo para extraer su carne.
Se cuecen 4 huevos, a poder ser de corral, y se dejan enfriar, digo  de corral por que el color de la yema da una vistosidad al plato que no se consigue con un huevo de gallina estresada.
Extraemos la carne de la cola del bogavante, así como la carne de sus pinzas, y la cortamos, a mi me gusta que no se corte en exceso, que queden tajaditas como de 2 centímetros pero eso va al gusto, también picamos , esta vez ya muy finamente, la clara de los huevos, las dos cebollas dulces, el que sea dulce es para que no robe el sabor al bogavante, la cebolla no muy grande, si fuera el caso con una llega, también cortamos los pimientos del piquillo y añadimos las alcaparras.
En un bol preparamos la vinagreta con el zumo de un limón, vinagre, yo en Masterchef le eché un vinagre de Chardonnay, que era una locura,  las yemas de huevo, el aceite de oliva virgen, a poder ser de arbequina y rectificamos de sal, aquí no me meto en medidas ya que cada uno le gusta el aliño de una manera.

Para la decoración


2 cabezas de bogavante
1 cola de bogavante
Unas alcaparras
1 tomate
1 huevo cocido
1 limón
Unas hojas de menta


La decoración es muy personal, esta vez utilice las 2 cabezas de los bogavantes y la cola de uno de ellos, una vez cocidos, un huevo cocido, que le corte las dos puntas para conseguir una base estable donde colocar el capullo hecho de tomate, esto es muy fácil de hacer , se pela el tomate como una manzana y luego la monda se enrolla sobre si misma, dentro del tomate le eche unas alcaparras, para que pareciera más real, y acabe con unos hilos de monda de limón, los corte con un pelador fino y unas hojas de menta. Y voilá, plato terminado.

martes, 15 de marzo de 2016

PERAS HOJALDRADAS RELLENAS DE MORCILLA.

MI PRIMERA ENTRADA


Siempre es complicado empezar a escribir y máxime cuando uno es primerizo en esto. Pero creo que si quiero hacer un blog de cocina, lo primero sería empezar por tu especialidad. Yo, sinceramente, no sé si tendré alguna, soy muy autodidacta. Me encanta ver programas de cocina y cocinar para mi familia y amigos. Además, me caracterizo por intentar no repetir mucho un plato y trabajar con lo que hay en la nevera y con los restos de platos. Si sobran garbanzos cocidos, pues haces un humus, una ropa vieja, unos garbanzos salteados, unas croquetas de garbanzos, un arroz al forn, etc. Ese soy yo.

Pensando un poco, hay un plato que les encanta a mis hijas y a mi mujer y es mi Ceviche my way, está inspirado en una receta de cocina de Nicola, gran cocinero y comunicador. Se trata de un Ceviche de mango y lubina, aunque yo he cambiado bastantes cosas. Hago el ceviche muy a mi manera, cualquier purista me diría que hago una marinada de lubina con mango, pero es mi plato y yo lo puedo bautizar con un nombre que me guste. Pero como soy un poco desastre y no hago muchas fotos de mis platos, tendré que hacerlo otro día y ponerle la foto.

Por lo que empezaré con un plato que hice para las rondas clasificatorias de Masterchef, es un plato muy sencillo, pero que impacta visualmente. Comienzo ya.

 

INGREDIENTES (4 personas)

Para la receta:
  • Masa de hojaldre cuadrada
  • 4 peras pequeñas dulces, las que querais.
  • 1 morcilla de cebolla de burgos 
  • 1 huevo para pintar la masa
Para la decoración
  • Unas fresas
  • Brotes de lechugas variadas
  • Sal
  • Unas nueces peladas
  • Queso azul
  • Una cucharada de aceite oliva
  • Reducción de vinagre de Módena

ELABORACIÓN


Pelar las peras dejando el rabito.

Con un descorazonador quitar la parte central de la pera y reservar, ya que utilizaremos aproximadamente dos centímetros de la parte del corazón de la pera que está ligada al rabo, para poder tapar la pera con ello.

Para que la pera tenga estabilidad, necesitaremos hacer un corte transversal de la pera para que se pueda quedar apoyada sobre sí misma.

El agujero central que le hemos hecho a la pera, lo rellenamos con la morcilla y luego lo tapamos con la parte del corazón que está unida al rabo. Así parece que tenemos la pera pelada con su rabo y no tiene relleno. Si se te mancha un poco con la morcilla no te preocupes.


Cortar el hojaldre longitudinalmente en láminas en dos tres centÍmetros.


Después vamos enrollando las tiras de hojaldre por la pera comenzando desde abajo y terminado en la parte superior. Si no os llega el hojaldre podemos continuar con otra tira y cortamos el sobrante. Para unir las dos partes se puede pegar con el huevo que tenemos una vez batido.

Ahora solo queda batir el huevo y pintar el hojaldre para que quede tostadito. La intensidad del color la podemos elegir nosotros, Si utilizamos solo la yema, suele quedar con más color y si usamos solo la clara un poco menos pero si lo batimos todo junto, como es obvio, tendremos un resultado intermedio.

Posteriormente, metemos las cuatro peras al horno sobre una bandeja y un papel del horno, para evitar que se nos pegue la base de la pera. No usar papel de aluminio, ¡pega muchísimo! Yo lo suelo dejar unos 15-20 minutos a 180 grados y calor por arriba y por abajo, por lo que no es recomendable que esté la bandeja muy arriba. Pero el tiempo nos lo va a dar nuestra vista, una vez que veamos doradito el hojaldre, ya estaría.

Para proteger los rabitos se pueden envolver en papel de aluminio pero a mi me da un poco igual que salgan más tostados.

Dejamos reposar las peras 15 minutos y emplatamos con la mezcla de las lechugas, el queso y las nueces. Para decorar, en el centro, unas fresas cortadas en abanico. Aliñamos con sal, aceite y la reducción de balsámico.


Y este sería el resultado. 



¡Espero que os guste!